lunes, 14 de junio de 2010

El puente de Marina y La tele es el gobierno.

Estaba Albi hablando con Marina:


Marina: En mi país, para ir al pueblo, hay que cruzar un puente que cuando llueve sube el río y te toca andar unos kilómetros para poder cruzarlo.

Albi: ¿Y cuando no llueve, porque no construís un puente más alto?

Marina: ¡Es que entonces ya hay puente!

Albi: Pero cuando llueve no.

Marian: No, cuando llueve no hay puente.

Albi: Pues por eso, cuando baje el río construid un puente y así luego habrá puente.

Marina: ¡Pero es que cuando baja el río ya hay puente!

Y así sucesivamente… jajaja

[…]


Luego hacía cosas como de golpe salir corriendo hacia la calle.

Albi: ¿Pero donde vas?

Marina: A comprar. Es que la tele dice que hay que comprar… (Decía cualquier anuncio)

Albi: Pero Marina ¿tú compras todo lo que dice la tele?

Marina: ¡Claro! ¡La tele es el gobierno!

Albi: Marina, la tele no es el gobierno y los anuncios no dicen la verdad.

Marina miraba con cara de pensar que Albi estaba loco y prosiguió su camino hacia la calle.

viernes, 4 de junio de 2010

Es que así cunde más.

Antes que nada para situaros un poco, os diré unas cosas: yo estoy viviendo en una habitación compartida con el propietario del piso (Abdulito) y Albi. Pero de vez en cundo vienen visitas inesperadas, como la mujer de Albdulito, que tiene unas peculiares costumbres. De ahí la frase mítica.

Albi que se dirige hacia la cocina y una vez dentro ve el bote de “Fairy” (el lavavajillas) y piensa:

- Ui, que raro, esta lleno, si quedaba menos de medio… será que la mujer de este habrá comprado más.

Y no le dio más importancia.


Pasado unos días vuelve a entrar en la cocina y se encuentra a la mujer de Abdulito lavando los platos y se fija que el bote “Fairy” vuelve a estar lleno. Entonces, ya algo mosqueado, piensa:

-No puede ser que haya comprado otro, solo se había gastado un cuarto de bote…. ¿Será que le hecha agua?

Entonces le pregunta: - Oye, ¿le has echado agua al “Fairy”?

-Sí, es que así cunde más! – Respondió ella como si hubiese descubierto algo innovador.

Albi se callo prefirió no decir nada.


Cuando me lo contó me partía de risa, pensando:

-Entonces ahora no es concentrado, ahora es aguado.

Pero preferí no soltar la parida pues seguro que la ira de Albi hubiera caído sobre mí, y no tenia ganas de pagar por la ingeniosa idea de la mujer de Abdulito.